Tras años siendo "el dorado" en las construcciones, España podría ser el nuevo patio de Sheldon Adelson para construir su nuevo "Las Vegas". El presidente y primer accionista de Las Vegas Sand (LVS), que ya ha construido un imperio gracias a sus casinos en Nevada, Singapur, y Macao, promete una inversión de entre 15 y 18,8 mil millones de euros hasta el 2022. Esta enorme creación ofrecerá a España 164.000 empleos y 97.000 empleos indirectos, además de 15,5 mil millones de euros de ingresos adicionales en el turismo dentro de quince años. ¿Quién se atrevería a rechazar tal propuesta? ¿España? ¿Un país con el 23% de desempleo y donde se planea una recesión del PIB del 1,7%?

La controversia que existe en torno a las estipulaciones del contrato dificulta la realización del proyecto.

De hecho, el inversor exige la libre transferencia del suelo público donde se ubicará el complejo, diez años de exención del IVA, del impuesto sobre juegos y de los impuestos sobre bienes raíces. Además, solicita una disminución del 95% en las transmisiones patrimoniales y del 50% en los impuestos sobre actividades económicas. Sheldon también pediría una reforma en el estatuto de los trabajadores, la autorización de la entrada en casinos a menores de edad y ludópatas y la posibilidad de fumar en las salas de juegos.

Por último, su intención es que no sea obligatorio identificar a los jugadores que hagan transferencias de fondos al casino sin sin tener que trasladarse o mediante intermediarios.

Este proyecto no parece ser factible debido a los numerosos cambios que se podrían producir tanto en la ley española, como también en la europea. Los cambios más importantes estarían en la ley contra el blanqueo de capitales, en la autorización de la creación de un paraíso fiscal o en la cancelación de la legislación laboral.

Este proyecto todavía se está debatiendo. No es del todo transparente (más bien secreto) y la ciudad aún no se ha elegido. La decisión está entre Barcelona y Madrid. Según Sheldon, él se quedará con la más flexible.