Edificación erigida a finales del siglo XVII que sustituyó un fortín más pequeño construido durante el reinado de Enrique VIII. Las armas más utilizadas en la época eran las de artillería, por lo que el fuerte se diseñó para resistir bombardeos. Así se trata de un castillo no muy alto y rodeado por terraplenes protegidos por muros de ladrillo. Las armas más pesadas estaban a lo largo de la orilla del río para proteger el Támesis de naves hostiles. El lado de la tierra estaba defendido por una doble fila de fosos que mantenían distanciadas las armas enemigas, además de contar con bastiones revestidos de ladrillo en las esquinas del fuerte que permitían utilizar las armas del castillo para proporcionar fuego de cobertura en la parte frontal de la muralla. Este estilo de fortificación, conocido como sistema de bastión, era muy popular en Europa por aquel entonces. Tilbury es el mejor ejemplo que se conserva en Gran Bretaña. No obstante estas características se observan mejor desde una altura superior. En el interior del fuerte se exhiben fotografías aéreas que muestran claramente los sistemas de defensa.