Una rama de la paleontología que se encarga de los restos orgánicos microscópicos fosilizados (microfósiles) del pasado geológico, su estructura, biología, relaciones filogenéticas, y distribución en el espacio y tiempo. El estudio de estos microfósiles se ha convertido en un campo científico independiente, en gran parte debido a lo siguiente: (1) el tamaño de estos fósiles requiere métodos especiales para la recolección y examen. (2) su abundancia en formaciones geológicas hace posible analizar su distribución espacial y las tasas de cambios morfológicos durante el curso de la evolución por medio de métodos estadísticos que pueden ser utilizados sólo en circunstancias excepcionales en el estudio de fósiles más grandes. (3) Los microfósiles se han convertido en herramientas imprescindibles en ciertas ramas de la Geología aplicada, especialmente en la exploración de los estratos petrolíferos, ya que gran cantidad de estos diminutos fósiles pueden obtenerse de pequeños trozos de roca subsuperficial obtenidos mediante perforaciones. (4) la diversidad de microfósiles, su distribución espacial amplia en diversos entornos y sus pasos distintivos en la evolución y la facilidad para estudiarlos han contribuido a convertir la Micropaleontología en una de las ramas más activamente estudiadas de las Ciencias de la tierra. Muchos organismos están restringidos a ciertos ambientes más adecuados para sus actividades vitales. La presencia de ciertos organismos en los sedimentos, por lo tanto, puede a su vez proporcionar una pista para descifrar un ambiente particular que existió en el pasado. Los micropaleontólogos pueden obtener información relevante sobre los ambientes deposicionales, tales como su antiguo ambiente, la profundidad del agua, la temperatura, los sistemas de corrientes, la distribución de las masas de agua o la proximidad a la línea costera y, por supuesto, estos organismos se utilizan para datar las edades de los sedimentos en los que están contenidos.