La selección operante, o el análogo ontogénico de la selección filogenética o darwiniana, es la expresión abreviada de la selección conductual, por sus consecuencias. En un sentido más general, todos los tipos de selección dependen de las consecuencias (por ejemplo, la evolución del ojo depende de las consecuencias que acarrea tener una visión diferencial más fina). La selección filogenética opera sobre las poblaciones de organismos que evolucionan con el tiempo, mientras que la selección operante lo hace sobre las respuestas que realiza un organismo durante su vida. Otro tipo de selección es La selección cultural. Se presenta cuando una conducta se pasa de un miembro del grupo, a otro; entre los ejemplos de este tipo de selección se incluyen, la imitación y la conducta verbal.

El principio de selección que opera en el ámbito biológico, conductual y cultural, es la selección por consecuencias. En el ámbito biológico, la mutación y la reproducción sexual aseguran la expresión de la ámplia varidad de genes que codifican los rasgos de un organismo. Algunos atributos físicos se adaptan a las circunstancias del mbiente. Los organismos que poseen tales rasgos, sobreviven, y al reproducirse, pasan su material genético a la siguiente generación. Los que no tienen esas características no sobreviven igual, por lo cual sus genes no quedan representados en la población que sigue. Así pues, en el ámbito biológico, la selección natural es una forma de selección por las consecuencias de la reproducción. La selección por consecuencias ha sido extrapolada al campo conductual (Pierce y Epling). La conducta operante es una característica de muchos organismo, entre los cuales se encuentra el ser humano. Con base en las consecuencias de la conducta, Los organismos que poseen en su repertorio una ámplia gama de conductas operantes, se adaptan mejor a las nuevas situaciones ambientales. Esta clase de selección opera a lo largo de la vida del individuo. En el campo conductual, las operantes son las unidades físicas sujetas a la selección. El proceso de selección y modificación de las operantes, es análogo al de la evolución y selección natural, en el campo genético. El reforzamiento es, por tanto, un proceso ontogenético mediante el cual se extrapola la selección por consecuencia, al campo de la conducta. El tercer ámbito en el cual operan la evolución y la selección, es el cultural (Pierce y Epling). En este caso ,la unidad física de selección es la práctica cultural. La práctica cultural comprende la interconexión de las conductas operantes de muchas personas. Al igual que con las conductas operantes, las prácticas cultruales también varían en su forma y frecuencia. El éxito de las diferentes manera de hacer las cosas se define en términos de la eficiencia, la productividad y la sobrevivencia de los miembros del grupo. Generalmente la selección de las prácticas culturales, depende del cúmulo de resultados que aumentan o disminuyen la tasa de adopción de esa práctica.