Normas actuales que establecen que un reloj sólo puede denominarse "resistente al agua" si resiste el sudor, las gotas de agua, la lluvia o la inmersión en un metro de agua durante 30 minutos. Los niveles superiores de resistencia al agua se indican generalmente en la esfera o en la caja en forma de bares de presión o de profundidad en metros. Los relojes de buceo se someten a pruebas aún más rigurosas. Deben ser capaces de ser utilizados por lo menos una hora al día a una profundidad de 100 metros. Es importante recordar que la resistencia al agua de un reloj se pone a prueba en un determinado tiempo y no está garantizado de por vida. Cualquier intervención en la cubierta, o los fuertes cambios de temperatura (por ejemplo, tomar una ducha fría después de estar al sol), así como el envejecimiento de los materiales, puede hacer que la humedad penetre en el reloj más resistente al agua.