En los sistemas penitenciarios, los programas de liberación para trabajar permiten que un preso en quien confíen los autoridades a un nivel aceptable o a quien puedan monitorizar a un nivel aceptable puedan salir de la cárcel para seguir trabajando en su lugar de empleo actual y volver cuando se termina el cambio. El concepto fue introducido en Wisconsin en 1913 bajo el programa de Ley Huber, escrito por el senador de estado Henry Huber, el que sigue ser el nombre informal actual del programa de liberación para trabajar de Wisconsin.

Algunos programas de liberación para trabajar permiten mayor libertad para los presos, en que permiten que los que sigan una semana de trabajo de lunes a viernes asistir al trabajo y vivir en sus hogares en esos días, y cumplir sus sentencias en segmentos de dos días los fines de semana. Según cuáles son los términos del programa, el preso puede cumplir su sentencia en un centro de rehabilitación o arresto domiciliario mientras no trabaja. Otros programas de liberación para trabajar se pueden ofrecer a los presos que pronto cumplirán sus sentencias y que busquen la reintegración en la vida civil, y que hayan recibido ofertas posibles de empleo de jornada completa que empezarían cuando se liberaran los presos.